Sentimientos fragmentados.
Fragmento 15.
Unos momentos después, yo miraba a mi perra, mientras ésta respiraba profundamente, sumida en un plácido sueño. El sueño y el cansancio se apoderaron también de mi. Me quedé dormida sin haber cerrado el cuaderno.
Prométeme una cosa le dije a mi perra al despertar. Cualquiera que sea el final, no lamentaremos nada. Ella asintió con la cabeza.
Y el hombre que sintió miedo cuando le miró el lobo, colocó en la chimenea un trozo de carbón ardiente y sopló hasta sacar llamas. Ardían los troncos en la chimenea, pero las hojas del cuaderno permanecían intactas. No podía permitir esto, sería una humillación tan grande que no podría ni siquiera imaginar. Tenía que conseguir que ardiera todo el papel. Pero él no sabía que yo había cambiado de idea. Cuando se dió cuenta no supo qué hacer.
Los forasteros se fueron, no les frenó aquella tempestad y desde lo más profundo del bosque se oía, muy tenue, la última canción del Recital, de alguien que quería ser humano, dejando de lado su divinidad, "Muy bien, si ahora quieres ser humano, como a un humano te voy a tratar y en esta Primavera te vas a enamorar, como se enamoran los humanos, sin apoyo celestial".
Y pasaban las horas despacio, muy despacio, mientras yo esperaba tus respuestas.
Dime el por qué de las alucinaciones y pesadillas, ¿qué relación hay entre cólera, placer y dolor?
Háblame del Universo, de las galaxias, del por qué de unas lágrimas, ¿qué significa la palabra emoción?
¿Por qué dices que te protege la Virgen? ¿Escuchas la palabra de Dios?
¿Para qué sirven las normas y las reglas? ¿Qué se termina con la muerte? Dime, ¿qué significa violencia y humillación?
Háblame del cielo y del infierno, de gente de otra nación, por qué unos son negros y otros son blancos ¿qué importancia puede tener el color?
Dime, ¿por qué unos suben al tren cuando pasa y otros no? ¿qué significa la palabra error?
El río se desborda, la mujer sigue con sed, alguien baja a los infiernos y otro nunca sabe qué hacer. Un barco que zarpa, princesa encantada, madres de hoy y de ayer. El vino no se sirve en su momento, caníbales que se tienen que esconder. Ahora, ¿es de noche, o es de día? Si sale el Sol, ¿es que empieza a amanecer?
No existe una redacción lógica, porque viví el milagro como la mejor de las aventuras y no supliqué clemencia, porque escuché las canciones y no pude descifrar el mensaje, porque abrí la ventana y me encontré de frente con una hermosa mirada, porque pude atrapar las estrellas de tus ojos antes de la madrugada, porque todo cambia sin apenas darnos cuenta y porque sigo escuchando el sonido suave de tu voz, mezclándose con el roce de la pluma en mi cuaderno.
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FIN. POR FIN.
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